jueves, 19 de marzo de 2015

¡A comer!

Ya era de noche cuando en la casa de mamá y papá gato se escuchó:

  • ¡A comeeeer! –llamó mamá
Y puso algunos fideos y dos chauchas en el plato de Patitas de Seda; pero Patitas de Seda estaba mirando a papá que sacaba algo del horno.
Papá había horneado unos bizcochitos dulces.
  • No tengo hambre. –dijo Patitas de Seda, empujando el plato. – Pero sí voy a comer un bizcochito.
  • Los bizcochos son para después de comer. –dijo papá, con voz fuerte.
  • Entonces ahora es después de comer. –dijo Patitas de Seda. – Porque no voy a cenar.
Mamá dijo:
  • Puedes retirarte de la mesa y no vuelvas hasta que quieras comer. Después tendrás tu bizcocho.
Patitas de Seda tomó una hoja de papel y empezó a dibujar. Dibujó un plato vacío.
  • ¿Ves, papá? –le dijo. – Mi plato está vacío, ¿Puedo ahora comer mi postre?
Entonces, rápidamente, papá tomó otra hoja de papel y también dibujó algo.
  • Aquí tienes un sabroso bizcochito. –dijo.
  • ¡No quiero un bizcocho de papel! –lloró desconsolada Patitas de Seda.
  • Entonces termina tu cena. –le dijo mamá.
  • ¿Estos dos bocados? –preguntó Patitas de Seda.
  • No, toda la comida. –respondió mamá, decidida.
Patitas de Seda suspiró y probó dos bocados. Pensando en los bizcochos le vinieron ganas de comer y comió un poco más, hasta que, sin darse cuenta, había terminado todo. Entonces vio que su plato estaba vacío.
  • Ahora sí, ya está. –exclamó muy contenta Patitas de Seda.
Papá y mamá le dieron un vaso de leche, dos bizcochos y un grande y fuerte besito de gatos.

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